Artemisa 20 de mayo de 2014
Por. Maiquenis Díaz.
El
descontrol, el nulo sentido de pertenencia y la mala costumbre de derrochar recursos
así como la incapacidad de algunos dirigentes, hacen que a costa del sudor del
pueblo trabajador se cometan todas las barbaridades que luego repercuten en el
propio pueblo de manera muy negativa, hundiéndolo mucho más en la miseria de la
que ya es víctima. Así expresó Gerardo Paez Díaz, Director Administrativo del
Centro Para La Democracia Proactiva y Los Derechos Humanos ´´ José de la Luz y
Caballero´´ con sede en Artemisa.
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| Calle Reconcentrado de Artemisa, muestra del descontrol y el despilfarro. |
El
hecho se da en una de las calles más reconocidas de Artemisa, -la que se observa
en la foto-, no por ser una de las más céntricas, sino por haber sido testigo
de uno de los acontecimientos más abominables de nuestra historia, dijo Gerardo
refiriéndose a la tristemente conocida Reconcentración de Gueiler, General
Español que enlutó al pueblo cubano dejando
cientos de muertos solo en este lugar, que hoy vuelve a ser víctima de las
malas decisiones, esta vez de los propios cubanos.
Luego
de una larga espera, más de treinta años por cierto, la administración de este
Municipio, decidió pavimentar esta y otras calles de la ciudad de Artemisa,
devenida en Provincia, pero no tuvo en cuenta un problema tan sensible como el
del abasto de agua a la población, y
luego de invertir millonarios recursos en el mejoramiento de calles y avenidas,
hoy echan por tierra todo lo logrado y se ven obligados a romper lo ya hecho
para invertir en las redes de abastos de agua que es un problema sin resolver aun
en Artemisa y otros lugares del país, refirió Paez Díaz.
Luego
de largas horas de discusiones, y de enemistades entre vecinos, así como de la
negativa de no pocos de pagar el servicio del preciado líquido, las autoridades
del Municipio de Artemisa decidieron dar este paso para que resuelvan unos sí y
otros no, ya que dicha medida les prohíbe a algunos sacar las cometidas de la
tubería madre hacia sus casas por no pertenecer a la referida calle que lleva
por nombre, Reconcentrado. Todo esto además ha sido hecho por los propios
vecinos con medios y recursos propios, llegando a pagar las denominadas monturas
que tienen un precio oficial de 40 pesos a 100 pesos en el mercado negro, ya
que la empresa de acueductos dijo no disponer de dichas piezas que son las que
permiten conectarse a la tubería principal, a esto, comentó Racso Paez,
activista del citado Centro, hay que agregarle 200 pesos por la mano de obra,
lo que suma un total de 300 pesos, el equivalente al salario promedio de los
cubanos.
Algunos
sienten como se les discriminan sin que se les dé una explicación u esperanza
de una futura solución a su caso, otros no pueden entender que un líquido tan
vital sea privilegio para unos ciudadanos y casi una prohibición para otros, por
lo que han optado por no pagar el servicio que no se les presta.
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| Ante el olvido de las autoridades, los cubanos prefieren desconectarse de su triste realidad. |
Otros,
en cambio, como muestra la imagen, prefieren ignorar la situación, pasando sus
ratos libres de diferentes maneras, esperando que la solución les caiga del
cielo, aún siendo ellos los primeros afectados, no exigen sus derechos mientras
tienen que pagar de manera ilegal y a precios exorbitantes el agua que alguna
que otra pipa les trae hasta la puerta de sus casas, ante la mirada cómplice de
las autoridades, quienes tienen toda la responsabilidad, pero le falta la
capacidad suficiente para darle solución
a este problema y toleran sin ningún prejuicio la infamia.
El
pasado 5 de mayo, Racso Paez Rodríguez, miembro del Centro Luz y Caballero,
mostrando una actitud muy valiente y de verdadero liderazgo, solicitó se
suspendiera la asamblea de rendición de cuenta prevista a celebrarse en su
barrio por la ausencia de personal autorizado para hablar del sensible tema del
agua, esto le valió que al día siguiente fuese visitado por un funcionario del
Gobierno quien le dijo que estaba ejerciendo un liderazgo negativo sobre los
vecinos del lugar, lo que la dirección del Centro Luz y Caballero considera una
medida de presión para Racso y quienes osan, como él, defender los Derechos
Humanos de los cubanos.
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