El Deporte, la Educación y la Salud en Cuba ¿logros o vergüenza?

Artemisa, 3 de junio de 2014

Por. Gerardo Paez.

Vista de los Atletas, entrenando descalzos.

Mientras que las autoridades cubanas a través de los medios de información en su poder, desinforman a la población alegando que el Deporte y otros sectores como la Salud y la Educación, son logros de la ´´Revolución´´ que además deben ser imitados por otros países en el mundo como una referencia obligada,  yo me quedo atónito al presenciar como delante de nuestros propios ojos se mezclan ante la indiferencia de las autoridades toda una gama de hechos que desmienten esas afirmaciones con marcado carácter propagandístico.

En la Escuela de Perfeccionamiento Atlético, ´´ESPA´´,  Julito Díaz de la Provincia de Artemisa, se mezclan una gama de ejemplos de cuanto han degenerado todos estos sectores de manera conjunta, y todo ello debido a las precarias condiciones económicas por la que atraviesa la nación antillana. Si bien las autoridades cubanas no reconocen estos hechos, por otro lado, resulta demasiado evidente cuan decadente está nuestra nación en estas diferentes ramas.

Vista de la Piscina abandonada.

Para Maiquenis Díaz, joven Disidente quien visitó esta instalación recientemente y pudo constatar de cerca los hechos, estamos en presencia de un descuido total y de una apatía sin precedente por parte de la dirección del gobierno y el Partido Comunista, único reconocido en la isla. En este lugar se pudo presenciar, dijo Maiquenis,  jóvenes deportistas que por las precarias condiciones económicas que presentan, tienen que realizar sus entrenamientos descalzos, mal alimentados y encima de todo esto, en un entorno invadido por los malos olores, producto de todo tipo de desechos sólidos que son vertidos a pocos metros de dicho Centro Estudiantil, sin el menor reparo de quienes tienen que velar por que estas indisciplinas no se cometan.

No es solo la incomodidad de tener que soportar estos mal olientes desechos, sino de las enfermedades que traen aparejadas consigo, pero hay algo más alarmante y esto sí tiene que ver de manera directa con la irresponsabilidad de la dirección de dicho Centro y es que a escasos metros y dentro de aéreas del mencionado Complejo Deportivo, se encuentran las piscinas olímpicas y de salto alto, subutilizadas y con aguas estancadas desde hace años, sin que las autoridades de salud hayan determinado las sanciones correspondientes sobre los responsables ni las diferentes acciones a acometer.

Mientras los inspectores de sanidad hostigan y multan no pocas veces a los habitantes de las diferentes comunidades en Artemisa por pequeños problemas, que si bien no son justificables, no se comparan al ejemplo en cuestión, por otro lado dicha piscina olímpica continúa generando un foco infeccioso que en cualquier momento deriva en una epidemia con sus consiguientes victimas, sin que por allí se porten, quienes tienen el deber de preservar la salud de todo un pueblo.   

Como se puede observar, aquí confluyen los tres sectores antes mencionados y que resultan ser orgullo de la denominada Revolución Cubana, La Salud, que parece no estar jugando bien su papel de prevención y supervisión ante hechos como estos, la Educación, que después de 55 años parece no haber logrado educar en materia medio ambiental a su pueblo, y el deporte, que a pesar de los logros internacionales alcanzados, no se explica que en las escuelas donde se forman los futuros campeones, muchos tengan que entrenar descalzos en detrimento de su propia salud, ¿esto acaso no es una violación de los Derechos Humanos?

¿A quién le interesa o debe interesar esto? ¿Quiénes son los máximos responsables? ¿En manos de quien están los recursos? ¿Dónde están los Meritos de Cuba para haber sido designada para presidir la 67 ª Asamblea Mundial de la Salud de la ONU?

Pudiéramos hacernos muchas preguntas, pero ese no es el caso, la situación radica en quienes tienen el poder, estos deben hacer lo que les corresponde o dejar que otros más capaces se hagan cargo y así no tendremos que seguir sintiendo vergüenza de lo que supuestamente, hace muchísimo tiempo, fue un logro.