Artemisa 25 de marzo de 2015
Por: Gerardo Paez.
Celular: 52428723
Foto del autor. |
Para nadie es un secreto que en Cuba no
se elige a nadie, simplemente se selecciona dentro de un grupo de reducidas
personas a aquellas que ya fueron señaladas como las idóneas, para cumplir la
insana labor de representar los intereses de una cúpula en el poder y no a
aquellos por los que verdaderamente se tiene que luchar, el pueblo.
Esta falsa electoral es inherente al
sistema, quien no podría sobrevivir sin ella por la sencilla razón de que, en
ese juego de simbolismos, hacer acto de presencia en las monologas asambleas de
nominación de ´´ candidatos´´, donde alzar la mano para aprobar la propuesta
realizada por los miembros de la seguridad del estado, algún que otro militante
del partido o de las brigadas de respuestas rápidas, no es más que un acto
automático de un pueblo que se siente o quizás ni se percata que ha sido
despersonalizado.
Esta despersonalización que han sufrido
los cubanos, son el resultado de una labor sistemática y bien calculada de un
aparato represivo que sabe cuánto se puede lograr cuando se gobierna a fuerza
de miedos e ignorancia a un pueblo y si encima de eso se le somete a todo tipo
de carencias materiales que no hace más que dejarlo en un estado de dependencia
por el cual se le busca doblegar.
Esta falsa electoral a la que se hace
referencia, está matizada también por el hecho de no permitir la presencia, en
dicho proceso, de partidos opositores o de personas independientes que no
compartan la ideología oficial impuesta por el régimen.
En el documento al cual previamente se
le da lectura antes de cada asamblea de nominación de candidatos y a la que yo
asistí para comprobar personalmente como es que funciona, se expresa de manera
tajante las condicionantes para ejercer el derecho a elegir y ser elegidos,
donde por supuesto, se hace caso omiso a la condición política de los
ciudadanos, la que no se menciona como una de las condiciones libres de toda
discriminación.
Asamblea Realizada en Artemisa, todo una falsa. |
Luego viene el proceso de elección donde
ya nada queda por hacer, puesto que ni el conteo de boletas nos dice mucho, y
donde la gente, por supuesto, con el miedo que les fue inculcado por medio
siglo de dictadura, acude de manera masivas a las urnas, no a elegir sino a
señalar a cualquiera de los candidatos ya que sea la cantidad que sea, todos
responderán al aparato de una manera u otra.
Quizás algunas boletas anuladas nos
permita medir el nivel de frustración, algunas incluso con consignas haciendo
alusión a la necesidad de un cambio, pero nada de esto es suficiente porque en
realidad lo que verdaderamente necesita el pueblo cubano, es tener la
posibilidad de elegir entre dos o más opciones políticas, donde la oposición
esté representada.
Acudir como corderos a las elecciones de
abril próximo sin antes cuestionarse la autenticidad de las mismas, es repetir
el error de cincuenta y seis años de mentiras y manipulaciones, hacerlo sin
realizar un balance de lo que hemos alcanzado en más de medio siglo de
autoritarismo, es ceguera intelectual o peor aún, sería un suicidio moral que ni
la historia ni nuestros hijos, ni los hijos de estos nos perdonaría.
No votar, es decir basta al engaño, es
decir basta a la manipulación, es desmantelar la mentira y exigir a los
usurpadores del poder que están de más en esta nueva Cuba que pretendemos entre
todos reconstruir.
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