Artemisa 26 de julio de 2014
Por. Gerardo Paez.
Gerardo Paez, Líder Opositor amenazado por la Seguridad del Estado en Artemisa. |
Artemisa
fue designada para celebrar el día de la Rebeldía Nacional por los logros
alcanzados durante los últimos años, según quienes dirigen el país, logros que
el pueblo no percibe por ningún lado, ya que se continúa padeciendo una escasees
tremenda en la canasta básica así como una deplorable situación en servicios
vitales, como el de abasto de agua a la población y la salud, esta última muy
desmejorada durante los últimos años y ni que hablar del transporte con sus
diferentes experimentos o el problema sanitario, muy deficiente; por otra parte
encontramos los altos precios que no se corresponden con los bajos salarios que
percibe la mayoría de nuestro pueblo y por si fuera poco, pretenden venderle al
mundo la idea de que se avanza en Artemisa, pintando unas cuantas fachadas,
mientras los interiores de las viviendas se derrumban, pero todo esto era de
esperarse, un sistema que se basa en la mentira no puede hacer otra cosa que
mentir y para eso su prensa está muy bien entrenada.
Con una población que se acerca al medio
millón de habitante, hoy la provincia pretende ser en un futuro no muy lejano,
una de las más prosperas del país, al menos eso pretenden quienes apuestan a la
obra del puerto del Mariel para dicho repunte.
Por
estos días la prensa oficialista habló de la
existencia de un gran júbilo por parte de los artemiseños, pero una cosa
es lo que dice la propaganda oficial y otra cosa es lo que piensa y sufre
nuestro pueblo, pero claro, ellos olvidaron visitar aquellos lugares donde, a
pesar de haber pasado más de ocho años, todavía quedan personas sin viviendas
propias, en condiciones infrahumanas, donde incluso encontramos mujeres
embarazadas o con niños que presentan problemas físicos y mentales y a los que
las autoridades todavía no les han dado una respuesta positiva.
La imagen corrobora la represión sobre mi persona y la población en general. Foto: Mileisis Vigoa. |
Es
cierto que la represión es constante en nuestro país, pero la que se ha visto
en Artemisa por estos días no tiene parangón. El régimen una vez más se
comporta de una manera hipócrita y cínica, y lejos de confiar en su pueblo lo
que demuestra es un miedo atroz.
Dicen
ellos mismos que Artemisa es cuna de la Revolución, pero para no dejar dudas de
su temor, le han puesto cámaras de vigilancias a todas las arterias principales
de la ciudad y estuvieron sus secuaces disfrazados, buscando todo tipo de
manifestaciones negativas que los alertasen sobre posibles acciones de
protestas. Para ello impidieron entrar a personas ajenas a lugares como el
conocido edificio de 8 plantas, ubicado al frente del Mausoleo a los Mártires
de este Municipio, y tomaron una serie de medidas encaminadas a controlar el
paso de quienes de manera obligada tienen que transitar por esta zona de la
ciudad.
Interceptaron
los teléfonos del Reparto La Matilde, donde se celebró dicha acto y sitiaron la
vivienda de personas que como yo, por el solo hecho
de oponérseles
políticamente, no les somos confiables.
Pero
lo peor de todo es que a los invitados a escuchar el discurso, que fue
protagonizado por el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés, artemiseño y
vecino del lugar, el cual abandonó desde el mismo día que partió hacia los
acontecimientos del Moncada, se les prohibió asistir con sombrillas, celulares y
algunas prendas especificas además de tener que ingerir una dieta ligera la
víspera, ya que no se les permitiría levantarse de sus asientos para realizar
ninguna necesidad fisiológica en el momento de la actividad, y eso , que
conste, que fueron personas de ´´confianza´´ invitadas a dicho acto.
La
Cuna de la Revolución les está generando pesadillas al sistema, parece como si
la desgracia de tantos jóvenes arrastrados a una muerte segura en aquella gesta,
hoy les machaque la poca conciencia que tienen.
Ellos
saben que el descontento ha ido en aumento y temían como es obvio una reacción.
Quien
escribe estas líneas intentando reflejar de algún modo lo que aconteció por
estos días en Artemisa, lo sabe muy bien y ha sufrido en carne propia la
vigilancia indiscriminada, y la marginación de las personas temerosas de ser
inculpadas por relacionarse con individuos como yo, que no le rinden culto al
sistema, más bien que lo critica constantemente, y que en su afán por dar a conocer
la verdad, expone hasta la vida, precisamente ahora que la dictadura se
desmorona y comienza a actuar con cierta desesperación.
No, no se vio júbilo en Artemisa, pero si
muchas ansias de que pasara el día 26 para poder tener un respiro y disfrutar
de lo que quede de carnaval, la represión no ha dejado espacio para el
disfrute.
Nota: En el momento de escribir estas líneas, mi vivienda se
encontraba sitiada por un carro patrullero y dos secuaces del sistema quienes
se mantuvieron por cinco días acosándome y creando gran consternación en mi
vecindario.
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