Thursday, December 4, 2014

Las razones por las que sigo en pie.



Artemisa, 4 de diciembre de 2014
Por: Gerardo Paez.
Celular: 52428723
No me detendrán porque mi causa es justa.
Muchos han sido los intentos de la policía política y sus sicarios para amedrentarme y valiéndose de diferentes métodos han enfocado una serie de acciones contra mi persona, agresiones a mi vivienda, amenazas, intimidaciones de todo tipo, intentos por separarme de mi familia, todo eso, incluyendo golpizas, actos de repudios y una serie de detenciones arbitrarias, con el ánimo de aislarme de aquellas personas que de alguna manera comparten la misma visión de cambio.
Ante todos esos intentos he sabido mantenerme firme, sin disimular para nada el temor propio de quien sabe los peligros que enfrenta, pero decidido a lo que sea para lograr para mi pueblo la libertad que le fue arrebatada el primero de enero de 1959.
Diferentes actores políticos y de la sociedad civil se entremezclan hoy en Cuba para poco a poco ir conformando ese entramado que finalmente nos conducirá por derroteros no muy seguros, por ciertos que parezcan, hacia la definitiva liberación y sí, porqué no, en el que también tengan cabidas aquellos que se comprometan desde ópticas diferentes, sobre la base del respeto a la democrácia a acatar el nuevo orden.
Si la patria es de todos, como dijo Martí, a nadie le asiste el Derecho de privar de patria al que por tener una visión distinta exponga de manera clara su visión.
Si la dignidad plena del hombre debiera ser nuestra ley primera y el culto de todos los cubanos, entonces a nadie le asiste el Derecho de negarle su dignidad al próximo, en cambio debiéramos trabajar brazos con brazos, y codo a codo para que cada cual tenga su espacio.
Pienso y creo no estar equivocado, que la tolerancia y el respeto de los Derechos Humanos es el inicio de ese futuro que todos queremos para nuestro país, pero ese respeto y esa tolerancia no puede partir de preceptos partidistas sino de la plena cooperación de todo nuestro pueblo, en el que la patria sea el partido de la mayoría  y que todo lo demás tenga un valor secundario.
´´Me parecen que me matan a un hijo, cuando privan a un hombre  del derecho de pensar´´, decía Martí y es cierto, la vida en sociedad comienza cuando se les da el suficiente espacio a todos para que desde sus perspectivas sean escultores de su propia vida, cualesquiera que sean sus argumentos, sus ideas, porque además estoy seguro que en lo diverso radica la mayor riqueza de los pueblos, si la diversidad es utilizada para unir esfuerzos y no para sembrar la desconfianza y el odio.
Unidad en la diversidad, ese debiera ser nuestro lema en lo adelante pero no solo como política exterior sino llevando este mensaje al interior de nuestros pueblos, sin que para nada ser diferente nos haga enemigos de los demás y víctima del odio de estado que en cualquier manifestación de libertad ve una amenaza a sus espurios interese.
Tengo fe en que todos nos pondremos de acuerdo en temas vitales para la subsistencia de nuestra patria, también creo en el mejoramiento humano, soy partidario de que otra Cuba es posible así como es posible un mundo mejor, pero sin nuevas formas de esclavitud donde los médicos ganen su justo salario por la encomiable labor que realizan en otras tierras y por la que debieran realizar también en la nuestra, y no solo los médicos sino todos nuestros trabajadores que hoy perciben salarios de esclavos, creo además que los cubanos están reconociendo el rumbo extraviado hace medio siglo y están trabajando lentos pero sin pausa en recuperar entre otras cosas sus tradiciones y sus valores más humanos que una impuesta visión ateísta del mundo les intentó hacer olvidar.
Sueño con una América latina unida, miren que cosa más extraña, mi visión es similar a la de los líderes de izquierda que proclaman la unificación del continente, en lo único que difiero es que deberá ser una unidad cultural y de los pueblos, más que una unidad política porque no debe ponerse cortapisas a esa otra América más al norte que también es nuestra hermana y con la que debemos coexistir.
Me considero ciudadano del mundo y aspiro a que algún día mi modesto esfuerzo sea recompensado con la definitiva liberación de nuestro pueblo y de aquellos pueblos que todavía viven bajo sistemas de despotismo y violación sistemática de sus Derechos Humanos.
Porque deseo una Cuba Martiana no marxista Leninista, con todos y para el bien de todos, y  porque soy optimista y sé que esa Cuba será posible, es que sigo en pie.


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