Saturday, October 3, 2015

La vida no puede ser un carnaval si la patria sufre.



Por. Mariela Rosell
Briceida, la delegada complice del régimen de la Habana.
Ahora, luego de años de tanto meditar y meditar es que creo ir entendiendo porque mi país es uno de esos lugares donde no se percibe el desarrollo verdadero de la sociedad que no pocos nos empeñamos en construir y perfeccionar.
La respuesta la he ido encontrando poco a poco, recientemente contemple muy decepcionado, como Briseida, una Delegada designada por nuestra gente común y sencilla, se manifestaba en plena calle de una manera muy por debajo de la responsabilidad que ostenta y que debiera exigirle una mejor compostura.
Dicha Delegada no solo perdió el tino cuando fue interpelada por una persona sobre cierta problemática sino que lo hizo para ofender al líder opositor Gerardo Páez quien se encontraba muy cerca de ella, este no solo le salió al paso sino que la increpo por manifestarse, siendo ella una figura pública de la manera como lo hizo.
Desde hace un mes la población del reparto Toledo ha sufrido afectaciones seria con el abasto de agua, situación que ha generado cierto malestar, esta fue la razón por la que Briseida, ante el reclamo de uno de los vecinos necesitado de información, inició una serie de respuestas incoherentes y ofensivas que fueron interrumpidas por Gerardo al instante, quien tildó a la referida delegada de poseer una conducta que nada tiene que ver con las funciones que realiza y mucho menos con la actitud que debiera hacerla merecedora del respeto de su electorado.
Lo peor de esto es que, sin generalizar, esta situación se repite a lo largo y ancho de la isla, donde la ineptitud de los delegados que entre sus responsabilidades debieran estar las de representar a los ciudadanos que los eligieron, nada resuelven y en el peor de los casos terminan confundiendo aquellas funciones para las que fueron elegidos.
Es verdad que la responsabilidad es de todos y por eso hice alusión al inicio de este artículo de la ineptitud de nuestra sociedad para salir adelante, y es que siempre o casi siempre se recurre al choteo para tratar problemas serios y muchas veces hasta delicados, sin que nos percatemos siquiera de que con esta postura, nos hacemos daño todos.
La desmoralización, el choteo, la tolerancia a veces propiciada por el propio sistema de ciertos vicios que corroen a nuestra sociedad, han formado parte de una estrategia muy bien calculada para destruir moralmente a nuestro pueblo, lo que por supuesto lo incapacita para exigir de manera seria y responsable, sus más elementales derechos.
Si nuestro pueblo fuera más activo y responsable a la hora de nombrar a sus representantes, impidiendo que un grupo de entes inescrupulosos, parte de esta terrible maquinaria, lo hagan por ello, otro sería el desenlace pero, hemos nominado  mal, y por tanto se ha elegido mucha miseria humana que anda por las calles hablando sandeces y ofendiendo a quienes sí queremos lo mejor para todos.
Aquellos delegados, los que si se interesan de verdad por nuestros problemas ya cuentan de antemano con la agravante de no poseer poder real ni los recursos que otorga ese poder, para encarar la situación de carencia cada vez más creciente de la población, sí encima de eso se van a dejar arrebatar la dignidad, vendiéndole su alma al diablo, creo que nuestra sociedad seguirá siendo  materialmente pobre y espiritualmente mísera.







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